La noche anterior a pesar de llegar tarde al Albergue, nos dio tiempo de lavar toda la ropa sucia y dejarla secar sobre el suelo de la habitación que tenia calefacción. Nada mas salir del albergue nuestras miradas se dirigieron al cielo en busca de información. El cielo estaba parcialmente nuboso, esto en Almería se podría traducir en "no lluvia", pero aquí esto no funciona igual. Transcurridos 10 minutos empieza a llover y vuelve el calvario. Circulamos por caminos muy estrechos y sombríos rodeados de vegetacion muy espesa. La ciclabilidad de los primeros km se hace casi imposible, de repente pasamos por tramos ciclables, que pasamos por caminos convertidos en pequeños arroyos. En concreto recuerdo uno que lo tuvimos que hacer andando con el agua por los tobillos y para mas guasa "cuesta arriba". Lo que en principio debía de ser una etapa de mero tramite, se iría convirtiendo en otra etapa de gran dureza. A pesar del mal tiempo, el echo de coincidir con Semana Santa, los últimos 100km fueron algo espesos para ir con las bicis. El gran numero de peregrinos a pie, hacia casi imposible poder utilizar los pequeños arcenes paralelos a la carretera. El lado positivo es que íbamos evitando el temido barro, que días atrás tanto nos había castigado y lo negativo es que por asfalto te mojas mucho mas.
Además tras 8 días de pedaleo intenso con etapas de mas de 140km diarios y condiciones muy adversas, nuestro físico y mas concretamente los talones de aquiles estaban destrozados apreciándose una gran inflamacion y mucho dolor.Los km fueron transcurriendo poco pasando por infinidad de pequeños núcleos rurales. En Portomarin hicimos un alto en camino para desayunar y renovar fuerzas para afrontar los últimos 90 km. Volvimos a hacer otro alto en Arzua donde probamos el mejor Pulpo a la Gallega cocinado en vivo y en directo ante nuestros ojos. El siguiente lugar de paso y que además es la antesala a la llegada a Santiago, es el Monte do Gozo. Donde nos tejamos las pocas fuerzas que nos quedaban para salvar los ultimas rampas. Ya desde aquí 4 km de bajada que nos conducen a las puertas de Santiago. Nada mas llegar a la ciudad nos dirigimos a la Plaza del Obradoiro, que se encuentra totalmente abarrotada de gente. Después de esto nos dirigimos a la casa del peregrino donde nos dan la Compostela después de cuarenta y cinco de larga espera bajo una ligera lluvia. Ya solo tenemos tiempo para ducharnos, entregar las bicis en la agencia de transporte y cenar para iniciar el viaje de vuelta hacia Almeria. Aquí acaba esta extraordinaria aventura de ocho días de mas de mil kilómetros con todo tipo de experiencias y vivencias inolvidables.
Resumen:
KM 115
Horas pedaleo 6:30
Desnivel
Albergue: TREN
ALBUM DE FOTOS DIA 8